La donación de dos corporaciones guayaquileñas y las entregas que voluntariamente lo hacen ciudadanos solidarios, permiten a la parroquia María Auxiliadora mantener y por seis años el proyecto Cáritas Pastoral Social, programa de entrega mensual de alimentos a más de 450 beneficiados, personas de la tercera edad, discapacitados y población vulnerable con quienes el compartir es la razón de ser y mantener este espacio.
Iniciado por el sacerdote Alejandro Saavedra Chang en el 2014, esta actividad de solidaria tiene como finalidad entregar alimentos en buen estado y de buena calidad, en el afán de contribuir a una mejor nutrición. El desarrollo del mismo está a cargo de las voluntarias de Cáritas Pastoral Social y los sacerdotes salesianos apoyados por los jóvenes del Oratorio Zeferino Namuncurá para labores de enfundado y entrega.
El proyecto Cáritas Pastoral Social lleva el nombre de una emblemática salesiana, Sor María Troncatti.
La tercera semana de cada mes, los más de 450 registrados llegan a la parroquia para recibir su canasto. Elisabeth Benítez se encarga de la gestión de los alimentos con las corporaciones, ella sabe cuándo y cómo se recibe lo que la voluntad de los donantes permite sumar para entregar.
Este es un proyecto abierto para que los diferentes sectores de la ciudad participen y colaboren con productos que engrandezcan el canasto, pero por sobre todo la bondad y la solidaridad. Cáritas Pastoral Social recibe y desde sus inicios el aporte de benefactores como la familia Arosemena Robles, Clemencia de Rumbea, que fue una fiel colaboradora, Rosalía Morán, Corporación Grupo Superior, Harri Eiser y su esposa.
Jóvenes voluntarios se suman al equipo de Cáritas con el fin de elaborar las canastas.
El equipo de voluntarios mantiene un sistema de registro de cada una de las donaciones en alimentos o aportes económicos.
Mónica San Andrés una de las tres voluntarias, está al frente de la organización y entrega a los beneficiarios. Durante la emergencia sanitaria el proyecto ha seguido su curso, tres días de la tercera semana de cada mes se entregan las raciones. Para evitar un gran número de gente que impida el cumplimiento de las normas de bioseguridad, se solicita la presencia de al menos 70 personas por día en diferentes horarios. Cuando no llegan en la fecha señalada, el equipo de Cáritas pastoral Social, no duda en entregar la semana que viene.
El trabajo de enfundado de cada ración alimenticia es una tarea en equipo, jóvenes, adultos, ponen sus manos en horarios de la mañana y tarde. Son 415 fundas para un número igual de ciudadanos. “Los beneficiarios están en una base de datos donde se inscriben como 415 personas y, de acuerdo a esa lista, Elizabeth convoca a los ancianos, personas con discapacidad y más población para que retiren lo que por les pertenece.
El objetivo del voluntariado y el proyecto Cáritas es elaborar un canasto más completo con productos como atún, aceite, y otros alimentos que están dentro de la canasta básica. La gestión para conseguir este objetivo empezó.
La Parroquia María Auxiliadora es el lugar donde se desarrolla el trabajo para la entrega de alimentos.
Manos que dan reciben
Desde el alto parlante en las misas, las campañas en redes sociales, el acercamiento a los feligreses de buena voluntad son canales para lograr el acercamiento a benefactores y donantes.
El Párroco Rómulo San Martín se encarga de activar e involucrar a la gente del barrio y a la ciudadanía de Guayaquil para que se integre a la lista de gente que dona alimentos, porque los que entregan siempre son los mismos. Donar es compartir, la gente que desea hacerlo, pueden dejar arroz, azúcar, lenteja, aceite, lo importante es abrir el corazón. Las donaciones pueden ser de dinero, estos recursos se registran y se pasan informes sobre los productos que se adquieren con ese dinero.
La tercera semana de cada mes, los beneficiarios se acercan para recibir el alimento.
Los integrantes de Cáritas Pastoral Social persiguen mejorar la obra, cada vez hay más personas que llegan a preguntar y pedir una funda, la capacidad de ayuda se limita a lo que se recibe. Al inicio de este programa se registraban 150 personas, hoy son tres veces más quienes llegan desde el norte, centro y sur de Guayaquil, de los suburbios.
El santuario invita a las empresas de la ciudad, a las organizaciones para que participen de esta forma de compartir con los demás.
Integrantes de la Parroquia y voluntarios de Cáritas Pastoral Social coordinan la entrega.